lunes, 22 de septiembre de 2008

La sabiduría en la inocencia


Mamá y el tío Lalo hablaban bajito, como si yo no supiera qué decían. Yo siempre les pregunto, porque el tío Lalo era mi amigo, me traía dulces y encumbraba volantín conmigo y aunque sabía que hablaban de esos paquetitos que mi mamá le guardaba, ellos sólo me decían que estaban creándome el futuro, como cuando yo armaba esos aviones con los cartones que encontraba. Lo que nunca me atreví a preguntar es por qué cuando llegaban hartos señores, yo debía decir que mi mamá no estaba y no conocía a ningún tío Lalo, eso si era cosa de adultos.
Un día no me preguntaron más y entraron, yo cerré bien los ojos y me tapé las orejas como mi mami me dijo, canté esa canción que a ella le gusta… cuando todo pasó, no vi más al tío Lalo.
Mi mamá me dijo que se fue a otra ciudad y por eso lo lloraba a ratos, pero yo se que se lo llevaron preso.

2 comentarios:

El_Morales dijo...

me gusto la primera vez que lo leí y me sigue gustando.

Está muy bueno como el otro.
Y que bueno que te "inspiré" a crearte el blog, por lo que esero que no quede botado.

sería creo
te veo por ahi en la casa jajaj

chau

Anónimo dijo...

Qué Triste!